El 20 de abril de cada año celebramos el Día Mundial de la Marihuana. El origen de este día se remonta a la década de 1970, cuando un grupo de estudiantes de California, conocidos como “Los Waldos”, se reunían a las 4:20 pm para fumar marihuana.
Desde ese momento, la hora se convirtió en un código secreto para referirse a la sustancia y su consumo. Por esta razón, se escogió el 20 de abril (4/20 en formato americano) para celebrar el Día Mundial de la Marihuana.
La marihuana, también conocida como cannabis, es una planta utilizada por sus efectos psicoactivos y medicinales. Es resultado de la mezcla de hojas y flores secas provenientes de la planta de cáñamo índico, junto con otras sustancias aromáticas y azucaradas.
Historia de la Marihuana
La historia de la marihuana se extiende a lo largo de miles de años y ha sido utilizada por gran variedad de culturas para diversos fines.
Según los expertos, el origen de la marihuana se encuentra en Asia Central y del Sur hace más de 4.000 años y se utilizaba con fines medicinales y religiosos. Por ejemplo, en la antigua China, utilizaron esta planta como sedante y remedio para enfermedades como la malaria o problemas gastrointestinales. En la India, la marihuana se utilizó con fines religiosos, llegando a ser considerada una planta sagrada.
Muchos siglos más tarde, en el siglo XIX, la marihuana se utilizó ampliamente como medicina y analgésico. Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, la marihuana se utilizó como remedio al dolor y ansiedad de los soldados heridos. Además, se disparó su cultivo, puesto que también se utilizaba el cáñamo de cannabis como materia prima de cuerdas, redes y tejidos.
En la década de 1930, ante el aumento de comercialización de cannabis, la marihuana comenzó a ser demonizada por los medios de comunicación y los políticos. El consumo de esta sustancia fue asociada a la delincuencia y la violencia, lo que culminaría con la aprobación de la Ley de Impuestos sobre la Marihuana en Estados Unidos en 1937. Esta ley supuso un antes y un después: la marihuana comenzó a ser costosa y difícil de obtener y significó el comienzo de su prohibición mundial.
En la década de 1960, la marihuana se convirtió en símbolo de la contracultura y la revolución social. La planta comenzó a ser utilizada como un medio de expresión artística y política y se llegó a convertir en un emblema de la rebelión contra la autoridad. Sin embargo, comenzaron a surgir problemas relacionados con el abuso de la marihuana y la dependencia.
En las últimas décadas, ha habido un cambio hacia la legalización de la marihuana en muchos países. En Estados Unidos, la marihuana medicinal y recreativa es legal en varios estados. En otros países como Canadá y Uruguay, la marihuana es legal para el uso recreativo y medicinal. Se espera que más países sigan este camino en los próximos años, lo que supondrá un cambio en la forma de ver la marihuana en todo el mundo. Actualmente, en España, el consumo y la compraventa de marihuana (incluso su posesión) es ilegal.
Efectos de la marihuana
Existen diversas formas de consumir marihuana, siendo una de las formas más comunes es fumándola. Se puede hacer a través de un cigarrillo hecho de esta sustancia, conocido como “porro” o mediante una pipa. Otra forma popular de consumo de marihuana es incorporándola en productos alimenticios como galletas, brownies, chocolates, etc.
En las hojas y brotes de la planta hembra encontramos más de 500 sustancias químicas. Estas incluyen más de 100 compuestos relacionados químicamente con el THC y el CBD, sustancias psicoactivas que tienen un mayor efecto en el cuerpo humano. Algunos de los efectos instantáneos que puede producir el consumo de marihuana son:
- Euforia. El THC presente en la marihuana estimula el cerebro, llegando a producir esta sensación.
- Relajación. El consumo de esta sustancia puede ayudar a reducir la ansiedad y la tensión muscular.
- Cambios en la percepción. Debido a las sustancias químicas presentes en la planta, la percepción del tiempo, el espacio y los sentidos puede verse alterada.
- Aumento del apetito. La marihuana puede estimular el apetito después de su consumo.
- Sequedad en la boca. El consumo de esta sustancia puede provocar sequedad en la boca, lo que se conoce como “cottonmouth”.
- Cambios en el estado de ánimo. La marihuana puede producir cambios en el humor y en la forma en la que se percibe el entorno.
- Dificultad para concentrarse. Después de su consumo, la marihuana puede afectar la capacidad de concentración y la capacidad de realizar tareas complejas.
Aunque el consumo de marihuana puede tener efectos negativos a corto plazo, actualmente no se ha demostrado que tenga efectos irreparables a largo plazo. Sin embargo, en algunos casos, el consumo prolongado y/o excesivo de esta sustancia puede tener efectos adversos a largo plazo, especialmente en el desarrollo cerebral en personas jóvenes y adolescentes, y en aquellas personas que cuenten con predisposición genética o sufran enfermedades crónicas. Algunos de estos efectos a largo plazo son:
- Problemas cognitivos. El consumo prolongado de marihuana puede afectar en adolescentes y jóvenes al desarrollo del cerebro, pudiendo desembocar en dificultades para aprender, recordar y concentrarse.
- Problemas de salud mental. El consumo abusivo puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, como depresión, psicosis, incluso esquizofrenia.
- Problemas respiratorios. Al igual que el tabaco, fumar marihuana irrita los pulmones y aumenta el riesgo de afecciones respiratorias.
- Adicción. A pesar de no ser considerada una droga adictiva, algunas personas pueden desarrollar un patrón de consumo compulsivo y experimentar síntomas de abstinencia o “mono” al intentar dejarla.
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